Piso de estudiantes (Primera parte)

Anal

Piso de estudiantes (Primera parte)
Me gustaría compartir con vosotros uno de los episodios más calientes de mi etapa de estudiante. Yo vivía con dos amigos en un piso de alquiler de una gran ciudad. El piso tenía tres dormitorios, por lo que debíamos sortear cuál de ellos nos tocaba a cada uno. Pues bien, la primera impresión de mi dormitorio no fue la más deseable, ya que era el más pequeño, tenía menos luz del sol y estaba alejado de los demás. La ventana del cuarto daba a un patio interior con poca luz solar. Evidentemente, aún no sabía la bienvenida que me esperaba esa noche en mi habitación.

El bloque de pisos parecía acoger a muchos estudiantes pues el nuevo curso iba a comenzar y a media tarde de ese día ya se escuchaban multitud de maletas con ruedas pasando por los pasillos. Poco más tarde, yo me encontraba colocando mi ropa y demás objetos en mi habitación cuando escucho ruido en el piso de enfrente, al principio no estaba muy seguro de donde provenía el ruido y no le hice mucho caso, pero algo después no dudé en abrir un poco la ventana y mirar de quien se trataba. Efectivamente, gracias a que la ventana de la cocina (que se veía también desde mi dormitorio) estaba completamente abierta, pude comprobar que llegaban tres chicas al piso de justo enfrente. Estaban poniendo las cosas en la cocina mientras yo las observaba expectante. Especialmente dos de ellas eran preciosas. Ambas eran de piel blanca y pelo negro. Una iba vestida con una blusa blanca y una minifalda azul con lunares, mientras que la otra llevaba una camiseta corta y unos leggings muy ajustados. Estas dos chicas eran bastante altas y una de ellas usaba gafas. En ese momento desconocía donde se encontraban sus habitaciones y cuál de ellas dormiría más cerca de mí.

Fue algo más tarde cuando abandonaron la cocina (yo seguía ordenando cosas en mi cuarto) y supongo que cada una de ellas fue a su habitación. Mi sorpresa llegó cuando la chica de blusa y minifalda subió la persiana que estaba justo delante de la mía, a una distancia de 4 o 5 metros. En ese momento pensé que aquel iba a ser su dormitorio y que estaría entretenido durante todo ese curso. Ya empezaba a ver mi habitación con mejores ojos cuando mis amigos y yo salimos al supermercado a hacer la primera compra del curso.

Cuando llegamos de hacer la compra, ya eran sobre las 20:30 y el día empezaba a oscurecer. Tras ordenar la compra, fui a darme una ducha y, antes de cenar, me relajé un rato en mi cuarto esperando que apareciera la vecina. Las luces estaban apagadas, por lo que aproveché para tumbarme un rato. Cuando me levanté de la cama para ir a cenar, observé que la luz de la habitación de la chica estaba encendida. Parecía no haber cortinas, pues se veía perfectamente el interior aunque parecía no haber nadie en ese momento. Esperé un rato de pie mirando hacia su ventana cuando, de repente, llegaba la chica envuelta en una toalla verde no excesivamente grande. Yo apagué la luz para que no se sintiera observada, pensando que lo siguiente que ella haría sería cerrar las cortinas (si había) o bajar la persiana. Lo cierto es que no le dio ninguna importancia a que se le pudiera ver desde fuera o quizá simplemente ni se fijó.

No era buen momento para irme a cenar, así que aguanté en mi habitación mientras ella se secaba el pelo durante más de 5 minutos. Tras secarse el pelo dejó caer la toalla al suelo mostrándose completamente desnuda. Lo primero que vi fue su hermoso par de tetas, que a pesar de no ser muy grandes, su tamaño les permitía rebotar bastante mientras se agachaba y se secaba. Los pezones eran muy rosados y se encontraban en erección, imagino que debido a la ducha. Tras secarse las piernas, ella intentaba cubrir sus pechos con un brazo siempre que podía, aunque casi siempre que hacía algún movimiento se le volvían a escapar. Estuvo bastantes minutos de frente a mí, creo que ordenando ropa o algo similar, pero estaba tan cerca de la ventana que no podía ver lo que tenía entre sus piernas. Fue algo más tarde cuando se alejó de la ventana en busca de su ropa interior, ahí se dio la vuelta y me regaló uno de los mejores culos que he visto. Era redondo, relativamente grande y en su sitio. También le rebotaba mínimamente al caminar. Cuando cogió la ropa interior, pensé en qué bien le quedaría un tanga a ese culo, aunque ella optó por unas braguitas más grandes. Se las puso de espaldas, por lo que vi su culo hasta el final, pero no pude ver si por delante estaba depilada o no. Se volvió a dar la vuelta intentando taparse las tetas con un brazo, algo que casi hacía la situación más caliente, ya que juntaba los dos pechos haciendo que sobresalieran por encima y debajo. Al ponerse la camiseta del pijama, las dejó caer, y finalmente se las cubrió, eso sí, sin usar ningún sujetador. Os podéis imaginar como estaba yo en ese momento. Cuando apagó la luz supe que se había acabado el espectáculo por ese día, pero que me esperaba un curso bastante entretenido.

Continuará…

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